Suele ser una combinación de incontinencia de esfuerzo y de urgencia. Una de ellas tiene más repercusiones, por lo que se recomienda afrontar primero los síntomas más frecuentes.
La pérdida de orina se produce por un hiperactividad del músculo detrusor y un trastorno en los mecanismos esfinterianos.
En este caso, la incompetencia del cuello vesical permite la entrada de orina en la uretra proximal. Como consecuencia, el detrusor entiende que se ha iniciado la micción y libera el reflejo que produce su contracción.